miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mitos, traumas y otras joyitas de la infancia...

Estimados lectores, después de unos días muy ajetreados y de ciertos proyectos que estamos echando a andar, ha regresado su gustadísima sección, con un tema que los hará recordar cosas de su pasado e inevitablemente los hará sumergirse en el profundo y riesgoso mar de la nostalgia, pero no necesariamente serán de esos recuerdos que te hagan sonreír, porque tocaremos el peligroso y para muchos considerado tabú, hablaremos de los mitos, traumas y demás situaciones que ocurren en la infancia, comencemos...

En mi casa (y de ustedes también) era típico, que por lo menos una vez al año, el espíritu navideño nos invadía y mi madre, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, llegaba a mi recámara, se sentaba serenamente y con voz calmada me decía: -SACA LOS JUGUETES QUE YA NO QUIERAS PARA REGALARLOS, QUE NADA MÁS LOS TIENES AHÍ ARRUMBADOS Y YA NI LOS PELAS- entonces una vez contagiado ese espíritu de paz, ese amor por el prójimo que de tan buena gana te transmitieron, sacabas los juguetes más chafas que te encontrabas (el luchador del mercado despintado en posición de ataque, el cochecito que la faltaba una rueda, tus G.I. Joe con amputaciones de las batallas y demás triques que tenías borrados de la mente) entonces los metías en una bolsa y podías hacer felices a unos cuantos niños de algún orfanato, pero... así es, siempre hay un pero, un maldito pero... en una ocasión todo fue como siempre, sólo que mi mamá decidió poner mis juguetes en 2 bolsas, los que se iban a regalar y los que no... ¿y qué pasó? efectivamente, hubo una confusión y mi mamá tuvo a bien regalar la bolsa de mis juguetes buenos, incluido mi HE-MAN de 35 cms que veneraba con todo mi ser y que hasta la fecha, no he vuelto a saber nada de él, por lo cual, me tuve que conformar con mi propia chatarra, en cuanto al paradero de mi he-man, lo boletiné durante más de 6 años, (y no, no existían los e-mails de ¿me has visto?) pero jamás apareció (perdón, acabo de quebrar en llanto y no puedo escribir más) si alguien lo ve, favor de notificarlo, habrá recompensa.

Otra de las cosas que siempre tienes de niño, son esos "objetos del deseo" que por alguna u otra razón, siempre quisiste, pero que tus papás jamás te compraron, por la razón que quieras, en mi caso, siempre quise un avión a control remoto (creo que mis papás, sabían que tendría un blog y que iba a tocar ese tema y por eso jamás me lo compraron) pasaba por la tienda de aeromodelismo y decía: -Wow, quiero uno de esos, papá- (con una voz llena de esperanza) y mi papá, con reflejos ninja, apenas salía de mi inocente boca, la segunda doble u del wow y ya me estaba diciendo: -No, estás muy chico y están muy caros como para que a la primera lo choques y lo rompas- y eso fue una de las 132 veces que se repitió dicha escena, el resultado de eso: ¡UN TRAUMA IRREPARABLE! pude haber sido piloto aviador o un astronauta reconocido, y ahora lo más cercano a eso, es que mi papá, a todo lo que le digo, siempre me da el avión... ¡qué ironía!

Y ya para concluir, uno de mis casos favoritos de mitos urbanos paterno-infantiles es el famoso caso del señor del costal, el ropavejero, incluso hasta el policía, cuando alguno de nosotros hacía un berrinche o una escenita en algún lugar público, era clásico de clásicos, que tu mamá o tu papá, en su desesperación por callar al escuincle, quería mandarte con algún ser despiadado o de aspecto mal oliente, -Mira José, si no te callas, va a venir por ti, el señor del costal que se lleva a los niños chillones- e incluso había veces que su táctica era "avergonzarte" frente a otro pobre e ingenuo cristiano que se le atravesara en ese momento al padre en cuestión, aplicando la de: -Mira, el señor te está viendo llorar- aunque tú por dentro, si querías una paleta o que sé yo, te vale 3 kilos de rábano, lo que el señor pensaba, pero tu mamá, creía que era un método súper eficaz, pero las pregunta serían... ¿a cuántos niños se llevó realmente el señor del costal? ¿alguna vez lo denunciaron? ¿es un grupo distribuido en toda la república u operan de forma independiente? ¿ese costal era de harina o de algún grano? ¿tiene que ver algo lagrimita y costal? (ese chiste fue muy malo, lo sé, pero tengo traumas, recuérdenlo)

Casos como estos, puede haber 3,500 millones diferentes, pero en esencia, son TODOS iguales, algunos en lugar de ser un he-man, puede ser un optimus prime, en lugar de ser un avión, es el castillo encantado de los pequeños ponys con fuente giratoria (me han contado), o quizá en lugar de ser espíritu navideño, era por el Hannukah, pero todos y cada uno de nosotros tenemos esas ciertas cicatrices, que son al parecer unas estupideces, pero a veces es bueno sacarlas (aunque sea en un blog, porque los psicólogos cobran muy caro) pero les aseguro que todos y cada uno de los que leyeron esto se quedaron así de: -¡SICIERTO!-

¿Cuáles son tus traumas, tus historias engarzadas de la niñez, tu episodio personal de la Rosa De Guadalupe, tu motivo para poner el ojo Remi?

Yo por lo pronto, sigo sin mi avión a control remoto, y sin mi he-man, pero algún día... y ahorita si el señor del costal, me intenta robar, le sale una hernia al maricón, ahorita por lo pronto sólo quiero un patito de hule...

¡Viva México!

1 comentario:

  1. Ja ja ja ja! Me hiciste reír a carcajadas, me identifique totalmente con sus obvias variantes: Mi objeto del deseo era el Jeep de Barbie, me espantaban con el robachicos y mi hermano le cortaba el pelo a mis Ponys #elmuycabron ,sigue escribiendo, de verdad disfruto tus posts ;) P.D. Soy Thelma

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